Enrique Peña Nieto.
Llego a la presidencia el 29 de agosto de 2012, su mandato terminara en 2018
con las próximas elecciones acercándose.
El sexenio de Enrique Peña Nieto comenzó con la
realización del llamado Pacto por México, que puso de acuerdo a las cúpulas de
las tres principales fuerzas políticas del país (PAN, PRI y PRD) con el
objetivo de aprobar lo que se llamaron las reformas estructurales, a saber:
energética, educativa, político–electoral, en telecomunicaciones, financiera,
hacendaria y laboral.
La reforma educativa impulsada por el presidente de
México, más que proponer un nuevo modelo de educación o generar un proceso
amplio de debate al respecto de los principales problemas educativos del país,
terminó con una reforma a la relación laboral que tiene el estado mexicano con
los docentes. Si bien es cierto que la reforma tiene algunas virtudes, es
evidente que la forma de procesarla ha causado más problemas que soluciones y
las supuestas bondades de estas modificaciones legales no han logrado mejorar
de fondo la calidad educativa.
Sin duda alguna uno de los hechos que hasta este momento
ha marcado el sexenio de Enrique Peña Nieto es la desaparición de 43
normalistas de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa en el En sus
primeros tres años de gobierno, Enrique Peña Nieto quedó a deber 81 estado de
Guerrero. Este asunto puso en evidencia, entre otras cosas, el problema de
infiltración de la delincuencia organizada en gobiernos locales, la incapacidad
del sistema de justicia para procesar este tipo de casos, reflejó los altos y
preocupantes niveles de corrupción e impunidad en el país, además de que mostró
la grave crisis de derechos humanos por la que atraviesa México.
Otro hecho también
lamentable fue el proceso de aprehensión y la huída de Joaquín Guzmán Loera,
alias el “Chapo”, líder histórico del llamado Cartel de Sinaloa, que burló las
fuertes medidas de seguridad de uno de los mejores penales del país.
La reforma energética fue anunciada como la “madre de
todas las reformas” y se dijo que se convertiría en la palanca del desarrollo
nacional y que sacaría a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y a la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) de la crisis en la que están. Hasta este momento esa reforma
ha sido un fracaso, ya que casi ninguna de sus metas se ha cumplido. Por
ejemplo, no contamos con mejores empresas públicas, no se han detonado procesos
de desarrollo sustentable y armónico, tampoco comenzamos un proceso de
transición a energías limpias y, por si fuera poco, la baja en los precios
internacionales del petróleo empezó a impactar en la disminución del
presupuesto público federal.
El número de personas en pobreza se incrementó a lo largo
de estos años y sobresale que de la última medición en 2012 a la de 2014 los
pobres son casi dos millones de personas más.
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